Hombre que bebe solo eduardo galeano
Una casa junto al río, de Clemente Riedemann.
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Edición de Villavicencio y Almonte Antología. Libro de homenajes, de Jorge Teillier. Edición de Juan Carlos Villavicencio Antología. Grodek, de Georg Trakl.
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Traducción de Juan Carlos Villavicencio Antología. Nostalgia de la Tierra, de Jorge Teillier. Flamenco es un sueño, de Carlos Almonte Calabaza del Diablo, Descontexto Editores, Santiago de Chile, Escenas del derrumbe de Occidente, de Andrés Morales Edición definitiva.
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Los príncipes del Antigua Corte, de Mateiu Caragiale. Edición de Armando Roa Vial Edición corregida y aumentada.
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A la misteriosa, de Robert Desnos. América o el brillo, de John Kinsella. Traducción de Katherine M. Nuevos versos y canciones, de Arthur Rimbaud. Traducción de Juan Arabia Antología. Paisaje de invierno, de John Berryman. Antología de la Poesía Norteamericana.
50 frases de Eduardo Galeano
De este lado del cielo. Nueva antología de la Poesía Peruana. Al pie del cerro, arde como siempre la llama de la refinería. El marinero cae de bruces sobre un charco. Llueve desde lejos; la lluvia se abate contra las ventanas del café del griego y hace vibrar los vidrios. Hay un hombre que mira llover, en la mesa del rincón, y ninguna otra boca fuma de su cigarrillo. El hombre las escucha, esta mentira, estatua de hielo , como si no llegaran desde lo hondo de la memoria de nadie y fueran capaces de sobrevivirlo y quedarse flotando en el aire, en el aire que huele a perro mojado, diciendo: Como ocurre siempre que las voces llegan, el hombre siente una acosadora necesidad de fumar.
Hombre Que Bebe Solo Galeano - Reeditan en México ''Vagamundo y otros relatos'' de Eduardo Galeano
Cada cigarrillo enciende el siguiente mientras las voces van cayendo, trepidantes, y si no fuera por el vidrio de la ventana es seguro que la lluvia le lastimaría la cara. Eduardo Galeano - Vagamundo y otros relatos. También te puede interesar: Lo que necesito de ti. Necesito la flor de tus manos aquella paciencia de todos tus actos con aquella justicia que me inspiras para lo que siempre fue mi espina mi fuente de vida se ha secado con la fuerza del olvido Anónimo Este es otro los poemas que de manera erronea se le atribuyen a Mario Benedetti.
Si alguien sabe quién es el autor de dicho poema, por favor que nos lo haga saber.