Ni putas ni sumisas

De no suplantar la voz. Personalmente me preocupa las consecuencias de esta ley. La propia autora declara textualmente: En estas condiciones es probable que se imponga a algunas mujeres no el velo, sino el burqa. A pesar de esta declaración, la opción de la autora es clara: Nos explica cómo su postura hace años era contraria a una ley de estas características pues se pensaba que la escuela sería capaz de transmitir a las mujeres las herramientas para su emancipación pero no fue así.

Ni putas ni sumisas

Ni putas ni sumisas Francia , género , igualdad , libros , Magreb , población inmigrante. Fadela Amara Ni putas Ni sumisas. Historia anterior. Historia siguiente. Rebeldes, ni putas ni sumisas Gemma Lienas Editorial: Península ISBN: Cómo ser mujer y rebelde.

Ni putas ni sumisas

Cómo ser mujer y no tener que rendir cuentas al Estado ni a la Iglesia. Cómo ser mujer y poder decirlo en voz alta, sin complejos y sin miedos, sin dar por buena la autoridad de siempre, la masculina. Cómo ser mujer sin ser puta ni sumisa. Un libro muy necesario tanto para lectoras como para lectores que no comulgan con las ruedas de molino de nuestras jerarquías, laicas o sagradas.

Muchas mujeres no son sumisas, es decir, se niegan a doblegarse al juicio de los hombres, de los varones, y se rebelan contra todas las tradiciones -vengan de donde vengan- contrarias a sus derechos y a su dignidad.

Detrás del Espejo - Ni puta ni santa, sólo mujer

Gemma Lienas Barcelona, es escritora, colabora habitualmente en los medios de comunicación radiofónicos y da clases de posgrado de escritura narrativa en la Universidad de Barcelona. Esta presión se acentuó y se hizo opresión. Se instauró un auténtico control sobre la vida de las chicas, sobre sus idas y venidas. Las salidas se redujeron; se les imponía una hora de regreso y la obligación de ir siempre acompañadas. Se instauró un control estricto de sus amistades masculinas y proseguir los estudios se convirtió para ellas en una auténtica batalla.

En una etapa siguiente, la misión de vigilar a las hermanas no recaló unicamente en el hermano mayor, sino en todos los chicos del barrio. Así, chicos sin trabajo apostados en la calle, con el pretexto de controlar a las chicas, ejercían contra ellas la violencia verbal, las insultaban.

Cuando las encontraban en la calle, les decían que volvieran a casa o le contarían a su hermano dónde las habían visto y con quién. En otra etapa ulterior, los chicos pasaron a la intervención directa, a molestar a las chicas.


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A partir aproximadamente de , la violencia se extendió por los barrios de la mano de la descomposición social. Las chicas tenían prohibido maquillarse o vestirse a su antojo. Se acabaron los vaqueros y las camisetas. En una fecha que Fadela Amara no precisa, comenzaron a aumentar alarmantemente las violaciones en grupo y los asesinatos.

Ni putas ni sumisas

Pues, como era de esperar, de manera diversa. Unas interiorizaron este control y regresaron a las tradiciones patriarcales. Otras optaron por parecerse a los chicos, imponerse para que las respetaran y adoptar sus herramientas y armas. Ya en en la Maison des Potes de Clermont-Ferrand habían creado una Comisión de Mujeres para hacer frente a la violencia que en adelante no hizo sino crecer: En junio del año organizaron un seminario de formación en feminismo que fue un gran éxito y, así, se animaron a preparar durante los Estados Generales de las Mujeres de los Barrios.

El primer paso lo constituyeron los Estados Generales locales , que se celebraron en ciudades grandes del país, con el objetivo fundamental de que las chicas supieran que lo que les sucedía no era algo aislado, sino que esa misma situación se repetía en los suburbios de Estrasburgo, Burdeos o Marsella. Así llegaron el 26 y el 27 de enero de los Estados Generales de las Mujeres de los Barrios , que se celebraron en la Sorbona. Dos meses después, en marzo, publicaron un manifiesto , que titularon Ni putas ni sumisas.